Escenario del río Voltoya
Con la incertidumbre del estado de la climatología, se convocó un paseo para disfrutar de las tonalidades que esta época del otoño presenta en el escaparate del paisaje, entre el puente El Naranjo y el puente del Soto en el río Voltoya
La fecha fijada: dos de Noviembre, víspera lluviosa y previsiones para la jornada de nubes y claros. Con estas premisas, un grupo de socios y amigos acudimos a la cita 10:00h, sitio entorno de la ermita Ntra. Sra. de Las Torres, en el paraje de El Navego de Martín Muñoz de las Posadas.
Contamos con la presencia de Jaime Bartolomé Gil, socio y amigo, guía ornitológico y de naturaleza en el Parque Nacional de Monfragüe y norte de Extremadura, con amplios conocimientos de la flora y fauna de los espacios por los que transcurría el paseo.
Aunque el grupo era reducido, no por ello defraudaron las expectativas sobre el patrimonio cultural que se pudo ver, en los distintos puntos del camino se comentaron diferentes estados de ese patrimonio y vivencias de épocas pasadas.
Los participantes tuvimos premio, las nubes cedieron el paso a los claros y la temperatura fue agradable, con ausencia de viento.
Durante unos momentos pudimos contemplar unidades de buitres y también un águila real, que a través del telescopio se pudieron ver sus características.
En el horizonte y expectantes de nuestros movimientos nos observaban cuatro corzos, que de forma inmediata se alejaron, sin darnos tiempo a captar las imágenes por medio de los teléfonos móviles. El mismo procedimiento utilizó otro corzo más, que apareció en el pinar situado enfrende de la chopera.
Por el camino también observaos huellas de tejos, corzos. Esto hizo que estuviéramos pendientes del cielo, tierra y de los sonidos que emitían las aves posadas en los árboles y arbustos que encontramos a nuestro paso.
Llegamos hasta el entorno de la fuente La Teja, no pudimos verla porque la vegetación que la rodea no lo permitió, sí oímos el sonido que produce el salto del agua que pasa por ella.
Antes de llegar al punto de partida, hicimos una parada técnica, pose para el recuerdo, aunque alguno estaba impaciente por sacar las viandas, después compartimos los productos de los bocadillos hasta su fin, fue la escusa para volver a la ermita comentando la buena mañana que habíamos disfrutado.